Frase para reflexionar

Una vez leí esta frase y me gustó mucho. Se las comparto.

Conviértete en una mejor persona y asegúrate de
saber quien eres antes de conocer a alguien más y esperar que esa
persona sepa quien eres.

Mi encuentro conmigo

Creo que este video explica muy bien como finalmente me encontré.

Viajo sin equipaje

En efecto, así se llama el blog y finalmente, llegué a ese destino.

Hoy me encontré a una persona. Hoy me encontré a mí misma. La miré, la vi radiante, feliz, hermosa, satisfecha, plena. Le pregunté cómo es que había llegado a ser tan feliz. Me respondió que siempre ha estado dentro de mí, que esa era yo, pero para llegar a ser feliz, tuvo que quitarse las cadenas.

Me perdonó por haberla encerrado tantos años. Me dijo que de ahora en adelante, yo sería ella.

Entonces, le tomé la mano, la jalé de mi interior... y la antigua yo ya se fue. Ahora les escribe la versión original de mí, la verdadera yo.

Entonces, VIAJO SIN EQUIPAJE significa precisamente, dejar las maletas, romper las cadenas y vivir libremente.

Stop

Me dijeron que la próxima vez que tuviera sentimientos encontrados (miedo, ira, frustración, timidez, etc) dijera una sola palabra: STOP.

Es decir, hacer un alto. Salir y mirar la situación desde afuera, analizarla, ver cuáles son las causas de esos sentimientos. Y cualquier emoción negativa, cambiarla por un pensamiento positivo.

Hasta ahora solo hago bien la primera parte, hacer STOP. en cuanto a lo demás.... mmm, mas bien lo he estado bloqueando, me distraigo con la tele o me pongo a dormir, y si despierto y sigo pensando en lo mismo (como sucedió el domingo) me vuelvo a dormir. jajaja.

Pero bueno, tengo que aprenderme los pasos.

1. Sentimientos encontrados que me están empezando a afectar.
2. STOP
3. Analizar las causas
4. Cambiar pensamientos por uno positivo.

Quitarme las etiquetas

Me imagino que a algunos de ustedes les pasa lo que a mí. A lo largo de nuestra vida nos vamos poniendo etiquetas. Algunas nos las ponen desde que nacemos: la hija, la hermana, etc. Otras, conforme vamos creciendo. "la nerd, la seriecita, la loca, la gorda, la flaca, etc."

El caso es que varias de estas etiquetas se convierten en un peso difícil de cargar, sobre todo cuando nos las creemos, y peor aún, si esas etiquetas son negativas y nos las creemos, nos convertimos automáticamente en la definición de esa etiqueta.

Yo traigo muchas etiquetas cargando encima, tanto que parece que son parte de mi personalidad y en realidad no. Son etiquetas que me impusieron o me autoimpuse. Pero no son yo. ¿Y cómo sé que no son yo? Porque me hacen sentirme infeliz.

Y hoy traté de despegarme esas etiquetas... pero es como si tuvieran pegamento y te arrancas no sólo los vellitos, sino hasta parte de la piel... ¡Duele y arde un chingo!

No les diré cuáles son mis etiquetas, pero sí les diré que voy a intentar arrancármelas aunque me quede sin epidermis. Son muy pesadas, las he ido arrastrando por años y la verdad, no tiene caso que las cargue, porque además de que me hacen infeliz, no logro nada trayéndolas encima.

Perdonarse

Siempre es difícil pedir perdón, porque nunca hayas las palabras exactas. Estás arrepentida y avergonzada y quisieras mejor esconderte o quedarte callada.

Pero ¿qué sucede cuando la persona a la que tienes que pedir perdón es a ti misma?

Hay muchas cosas que no he podido perdonarme. Errores del pasado, decisiones mal tomadas...

Pero hoy alguien me dijo una frase que me ayudó.

NO FUE TU CULPA....

Y no sé... como que poco a poco las toneladas de piedras que llevo cargando encima fueron desapareciendo... ahora se están convirtiendo en una carga ligera...

NO FUE TU CULPA...

Sí. Muchas situaciones no fueron mi culpa. No estaban en mi control. Es sólo que en cada una de esas situaciones, yo tenía dos caminos a elegir: enfrentarme o guardar sumisión para evitar conflictos. En muchas ocasiones, yo opté por el segundo camino. Ahora sé, que esa decisión no fue la mejor, porque a la larga, me hizo daño a mí misma... Pero también estoy consciente de las consecuencias.

NO FUE TU CULPA...

Porque yo estaba muy pequeña, muy joven. Yo no sabía qué era el mundo. Yo no podía tomar mis propias decisiones, sino que fueron otros los que decidieron por mí. Hasta que crecí puede decirse que fue cuando tomé las riendas de mi vida. Todo lo que ocurrió antes de eso no fue mi culpa. Fueron cosas que pasaron. De mí depende recordarlas de otro modo. Si yo veo lo negativo, trataré de recordar lo positivo. Si recuerdo que ese día estaba nublado y con relámpagos, ahora recordaré que fue porque llovió y el agua renovó la tierra.

NO FUE TU CULPA...

Porque cada persona lucha contra sus propios demonios y sus propios conflictos. Si un hombre no me saludó, tal vez fue porque tenía algo que lo preocupaba y no lo dejaba ver a las personas que estaban a su alrededor. Si una mujer me hizo mala cara, tal vez es porque ella está lidiando con la inseguridad que siente al verme a mí, creyendo tal vez que yo soy mejor que ella. Y yo no debo tomarme a pecho sus actitudes. Lo mejor sería dejarlos pasar y continuar mi camino.

NO FUE TU CULPA....

Entonces busco a esa niña interna y la abrazo. Le digo que ya no llore. Todo lo que le pasó, le digo: NO FUE TU CULPA...




Yo de nuevo


Hola de nuevo!!! Aquí estoy, empezando un nuevo blog, en una nueva etapa.


Hay algunos que ya me conocen por el anterior blog, para los que no, pues les voy a contar un poco sobre mí. Soy una chava soltera, profesionista, 30 años, oriunda de una bella ciudad llamada Monterrey, Nuevo León. Hasta hace poco obsesionada por encontrar novio. En esa frenética búsqueda cometí bastantes errores y tropiezos, aunque ninguno por el cual me tenga que lamentar. Eso sí, derramé muchas lágrimas, me rompieron el corazón muchas veces, me deprimí... hasta que ya por fin toqué fondo y dije: Basta.


Siempre había tenido (y creo que todavía tengo) miedo a la soledad. Me aterraba la posibilidad de no encontrar pareja y quedarme sola. Sin embargo, en este momento, en que decidí cambiar mi mentalidad, me siento como si me hubieran bajado de un coche en la carretera, me hubieran abandonado en medio de la nada y yo me viera obligada a caminar. Ok, me quito los tacones, y empiezo a andar por este camino que aún no sé a donde me va a llevar. Decidí ya no cargar con más equipaje, es decir, olvidarme de todas las frustraciones que iba arrastrando. Por eso titulé el blog así: "Sin equipaje" y el objetivo es irles narrando todos mis descubrimientos, sobre mí misma y sobre la vida.


Para iniciar, les paso un cuentecito que me mandó una lectora a mi blog anterior. Creo que ejemplifica claramente como era mi vida y como me propuse que será de ahora en adelante.


Saludos!!!



Princesa era muy bonita y simpática, pero como había leído demasiados cuentos, vivía eternamente en la espera de su príncipe azul. Princesa tenía una amiga –coqueta, adicta a los zapatos y medio descarada– quien le decía insistentemente que debía dejar su encierro para salir a divertirse y que no dejara pasar de largo las oportunidades de la vida. Pero ella insistía en que no, en que un día llegaría el hombre de sus sueños.
La amiga (necia como ninguna), convocó a varios hombres del reino, se vistió de color violeta y se llevó a Princesa de fiesta para presentárselos, convencida de que su comadre debía divertirse y explotar sus cualidades.
El primero que conoció no le gustó porque le pareció muy alto. El segundo era muy chaparro; uno más le recordaba a un actor de cine que le caía gordo, otro no le gustaba cómo se vestía, el siguiente era demasiado rubio y el último le daba horror porque tenía los dedos de la mano huesudos. En fin… que desfilaron ante sus ojos un montón de chicos interesantes y ella, tímida en su rincón, fue bateándolos uno a uno.
La amiga del vestido violeta estaba que se daba de topes, y Princesa, siempre recatada le decía que no se preocupara, que ella a su manera era feliz, sólo que su personalidad era más reservada y no se le daba eso de andar rebotando de lecho en lecho con tanto galán. “Yo no pretendo que hagas eso”, le replicó la amiga, “lo que quiero es que conozcas, te diviertas, te sacudas la timidez. Nadie dijo que tienes que desenvainar la espada de cada caballero que veas. Pero sí es bueno que salgas, hagas nuevos amigos, conozcas gente nueva, porque aquí encerrada, jamás vas a ver a tu príncipe azul”.
Princesa insistía en esperar el momento en que viera un hombre y le sacudiera todos los sentidos, que le diera un latigazo en el corazón. La amiga vestida de violeta insistía en que no es bueno esperar al príncipe sentada y arrinconada, “no es que sea malo tener la ilusión de que llegue, pero no tienes por qué esperarlo aquí encerrada. Mira, tú eres una Princesa muy inteligente, y obvio, tu ideal de hombre es también listo y con personalidad arrebatadora. Piensa entonces, que a los príncipes de ahora les interesa tener con quien charlar, mujeres de mundo, que tengan vivencias, conversación, y experiencias. Un hombre listo no quiere una Princesa de cartón. Entonces, mientras llega, diviértete y acumula experiencias, si quieres, por el simple hecho de tener qué contarle a tu príncipe cuando llegue”.
Princesa era terca, pero la amiga más. Así que un día la convenció de salir, quitarse la timidez y divertirse de lo lindo. No acabó en el lecho de su galán, pero se la pasó bomba. Y a la mañana siguiente, cuando se vio en el espejo, éste sólo le mostró la realidad: un rostro hermoso y lleno de vida, con mucho futuro por delante. Desde entonces, Princesa sale con uno y otro, y no pierde la esperanza de encontrar al hombre de sus sueños, pero en el inter, ¡ya tiene harta cosa que contarle!

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